Al
interior del gigante minero: Newmont reportará ganancias y pérdidas
este viernes 27 de julio. La empresa podría replantear sus prioridades y
llevarse inversión de Conga a otras operaciones similares en Nevada,
Australia, Ghana o Indonesia.
"Si la Empresa se viera
imposibilitada de continuar con el plan de desarrollo actual en Conga,
la Empresa podría cambiar de prioridades a futuro y recolocar este
capital para desarrollar alternativas en Nevada, Australia, Ghana, e
Indonesia, lo que pudiera resultar en un deterioro del proyecto Conga”.
Esto
se lee a la letra en la página 19 del más reciente Informe Anual 2011
de Newmont, un balance enmarcado en la doctrina de transparencia en que
intenta vivir la empresa. “Hemos aprendido de los escándalos y de los
líos por corrupción”, dice al teléfono, desde Denver, el portavoz de la
minera Omar Jabara. La larga lista de embrollos legales de Newmont puede
revisarse en Internet: En Indonesia, la empresa fue enjuiciada por US$
133 millones en 2004 bajo cargos de contaminación; en Ghana se le acusó
de derramar cianuro accidentalmente, contaminar el agua y causar la
muerte de peces en 2009. Jabara explica que “estamos en un proceso de
reestructuración del monitoreo de nuestras operaciones en todo el
mundo”.
El vocero no duda al contestar si recuerda algún episodio
tan conflictivo como el del Proyecto Conga. “Probablemente, Cerro
Quilish (2004)”, dice, a sabiendas que el Quilish también se encuentra
en Cajamarca. “Cada vez que nos enteramos de muertos por las protestas
en Conga nos reafirmamos en rechazar la violencia”, dice. “Estamos
convencidos que quienes impulsan el rechazo a Conga es un pequeño grupo
que promueve una agenda política. Pero hay una mayoría silenciosa que sí
quiere beneficiarse de la creación de empleo”.
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Cada
operación de Newmont recibe la visita de uno de los 12 miembros de la
Junta Directiva como mínimo una vez al año. El presidente y gerente
general de la minera, Richard T. O’Brien, ha venido a Perú varias veces.
Nacido en 1954, O’Brien figura en el puesto 266 de Forbes como uno de
los CEOs con mejores compensaciones de su país: Recibe un sueldo básico
anual US$ 1 millón, con un consolidado a cinco años de US$ 22.31
millones en compensaciones, también según Forbes. El portal Top 200 U.S.
CEOs informa que sólo en 2010, combinado su sueldo y sus bonos, O’Brien
se llevó a casa US$ 11 millones 600 mil.“El Sr. O’Brien es el primero en llegar a la oficina, todos los días”, dice Jabara.
EL NUEVO REPORTE
El
viernes 27 de julio Newmont anunciará sus ganancias del segundo
trimestre de 2012 en una conferencia telefónica, a la cual todos pueden
acceder, a las 9 am, hora Perú. El teléfono para acceder es
312.470.7116; la contraseña “Newmont”. El momento es especial,
ya que la empresa mantiene planes de ampliar su producción aurífera a 7
millones de onzas y a 400 millones de onzas de cobre para el 2017. En
2011, Newmont registró ventas totales de US$ 10 mil 358 millones de
dólares, en una curva ascendente respecto a 2010 (US$ 9 mil 540
millones) y 2009 (US$ 7 mil 705 millones).
El área total en concesión a Newmont en el mundo suma 81,500 km2, o casi 31 veces el tamaño de la Ciudad de Lima (2,762.3 km2).
Sin
embargo, el incremento de regulaciones ambientales y las legislaciones
cada vez más estrictas han puesto barreras al negocio. “En años
recientes (el ente regulador de EEUU) ha aumentado considerablemente el
número de citaciones y dictámenes en contra de las operaciones mineras y
ha elevado las multas en dólares”, se lee en la página 14 del Informe
Anual.
Asimismo, desde el 1 de julio de este año rige en
Australia el “Acta de Energía Limpia”, que grava con un “impuesto al
carbono” a las emisiones de gases de efecto invernadero, que significan
un coste adicional de US$ 30 a 40 millones anuales para Newmont. “La
producción de oro es un negocio intenso empleo energético”, admite el
Informe, “lo que resulta en una importante emisión de carbono. Los
costos energéticos representan un tercio de nuestros costos operativos”.
Los proyectos mineros han pasado de tomar entre 5 y 7 años para llevarse a cabo, a demorar casi una década.
Una
revisión detallada de los documentos de la empresa vendría bien a las
sesiones de diálogos en Cajamarca. Primero, Conga tiene el mismo tiempo
de existencia que Yanacocha, al menos en el papel. Ya en 1992, se tenía
claro que Conga sería la segunda etapa de la mina. A 2006, Conga era uno
de 11 proyectos barajándose en la zona. Era el más avanzado. Y sobre
todo, vale recordar que Conga no es minería de oro, sino principalmente
de cobre.
En una reciente entrevista, el ministro de energía y
minas, Jorge Merino, dijo “nuestra bandera es el agua”, con respecto a
Conga y al reclamo de un sector de la población que exige el cese de la
construcción de sus reservorios. “Eso sería hacer un daño a los más
pobres de Cajamarca”, dijo Merino. “Además, el Gobierno hará el
reservorio de Chonta, de 43 millones de m3. Persistiremos en ello,
Cajamarca requiere agua”.
El tema de los reservorios motiva una
similar respuesta enfática del vocero Jabara: “Vamos a seguir
construyéndolos”. Pero he aquí un detalle interesante en la pág. 22 del
Informe Anual: “La continuidad de nuestra producción minera depende de
disponer de un abastecimiento de agua suficiente para respaldar nuestras
operaciones mineras. Nuestras operaciones mineras requieren cantidades
importantes de agua para hacer minado, procesar los minerales y
abastecer a las instalaciones”. Es decir, independientemente de si el
agua pudiera preservarse para las comunidades que se oponen al proyecto,
la mina requiere del líquido igual.
Es decir, la bandera de Conga también es el agua.
(Sandro Mairata