sábado, 3 de septiembre de 2011

PERUMIN-Convención Minera y su consolidación en el tiempo

 http://www.convencionminera.com/perumin30/index.html

Desde julio de 1954, el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) organiza la Convención de Ingenieros de Minas del Perú, denominada en la actualidad PERUMIN– Convención Minera, que desde su primera edición congregó la atención de cientos de profesionales y hoy se erige como el principal encuentro minero de Latinoamérica y uno de los más importantes del mundo.

PERUMIN–Convención Minera tiene la finalidad de promover el desarrollo de los profesionales mineros a través del intercambio de experiencias técnicas y la divulgación de nuevos métodos y tecnologías. Asimismo, busca promover la imagen del Perú en el ámbito internacional como país minero y competitivo foco de inversiones.

Estos objetivos son alcanzados a través de sus diversas actividades, como: conferencias técnicas, foros empresariales, exhibición de productos y servicios, en los que se muestra lo último del avance en el sector minero.

Bajo el lema: “Minería para el Desarrollo”, en su trigésima edición, que se desarrollará del 12 al 16 de septiembre próximo, el cónclave espera congregar a más de 40,000 visitantes de los cinco continentes, diecisiete delegaciones internacionales y más de doscientos conferencistas nacionales y extranjeros.

Igualmente, para esta ocasión se ampliará el área de la feria tecnológica Extemin en un 25%, con lo que abarcará una extensión de 60 mil metros cuadrados,  en los que se distribuirán más de 1,300 stands, donde setecientas empresas de reconocido prestigio internacional ofrecerán sus productos al sector minero peruano.

Los pioneros
Los gestores de la creación de esta cita minera fueron los ingenieros César Rospigliosi y Hernando Labarthe Correa. Rospigliosi propuso la realización de este tipo de reuniones con el objetivo de elevar la calidad profesional y científica de los ingenieros de minas peruanos, así como propiciar el intercambio de experiencias y conocimientos.

La primera Convención de Ingenieros de Minas del Perú se desarrolló en Lima entre el 20 y 25 de julio de 1954, en el local de la Sociedad de Ingenieros del Perú, bajo la presidencia del Ing. Labarthe Correa, en la que se trató el tema: “Plantas de beneficio”.

La segunda se realizó igualmente en la capital, en julio de 1955, presidida por el Ing. Ernesto Baertl Schutz y los participantes tuvieron la oportunidad de visitar las instalaciones de la Compañía Minera Marcona, la Compañía Peruana de Cemento Portland, la Fábrica de Tubos y la Fábrica de Alambres e Industrias del Cobre.

En la inauguración de aquel encuentro, el Ing. Rospigliosi resaltó que el tema de las reuniones de carácter técnico sería la explotación minera. “Hemos de dejar constancia del mayor interés que se ha notado este año no solo entre los colegas sino aún en el público, pues la Convención ha trascendido el interés que significa la minería para el país”, comentó.

Por su parte, Baertl Schutz, con la lucidez que lo caracterizaba, afirmó en esa época que las condiciones de nuestro potencial minero estaban en camino de un enorme desarrollo, augurando al país la prosperidad que los ingenieros de minas anhelaban.

Descentralización
Pasaron seis años para que la Convención Minera inicie su proceso de descentralización y en 1960, bajo la presidencia del Ing. Aurelio Miranda Villanueva, se realizó en Cerro de Pasco con el tema: “Minería y geología”.

Un año después, nuevamente en Lima, en la séptima edición, el presidente de esa Convención, el Ing. Alberto Brazzini Walde, expresó que los resultados obtenidos desde 1954 habían superado las expectativas de quienes fueron sus iniciadores, que con amplia visión y patriótico empeño han logrado unir, más aún, a los ingenieros de minas y contribuir a un mayor conocimiento de la labor que realizan para mejorar la explotación y beneficio de los minerales que encierra nuestra abundante y casi inexplorada riqueza minera.

En 1963, la Convención tuvo como sede la ciudad de Tarma y dos años después Cerro de Pasco, en la que el Ing. Felipe Bautista Caldas -quien la presidió- sostuvo que las exportaciones en el país en 1950 fueron de US$ 193 millones, de los cuales  US$ 73 millones correspondieron a la minería; y en 1964 las exportaciones en el país alcanzaron los US$ 667 millones, de los cuales US$ 276 millones aportó la minería. Es decir, se cuadruplicó el monto en menos de quince años.

“Se deduce que la minería no solo ha mantenido un alto porcentaje en las exportaciones, sino que ha pasado a ocupar el primer lugar y esto debido a la aplicación del Código de Minería de 1950, que con gran visión ha estimulado las inversiones de capitales tanto nacionales como extranjeros”, manifestó.

El Ing. Alberto Benavides de la Quintana, presidente de la X Convención de Ingenieros de Minas del Perú, llevada a cabo en Lima en noviembre de 1967, ya destacaba en esa época que los principios básicos para el desarrollo de la minería son dos: una legislación justa a la vez que liberal, no solo en el campo tributario sino también en la aplicación general de dicha legislación; y formar la opinión pública para que aprecie plenamente la función que realiza la minería en el desarrollo del país.

En Arequipa
La primera Convención que tuvo como sede Arequipa fue la decimotercera que presidió el Ing. Ernesto Baertl Montori en septiembre de 1976 y la que tuvo como lema: “100 años de ingeniería de minas en el Perú”.

Luego de organizarse ediciones en Lima, Trujillo, Huaraz, Tacna e Ica, la Convención retornó a la Ciudad Blanca en 1995 y desde esa fecha se realiza con singular éxito en el campus del Instituto Tecnológico Superior TECSUP.

En esa oportunidad, los participantes realizaron visitas técnicas a los principales asientos mineros de la zona sur del país: Southern Peru Copper Corporation, Minera Quellaveco, Sociedad Minera Cerro Verde, Magma Tintaya, Compañía de Minas Orcopampa, Minas de Arcata y Shougang Hierro Perú.

En la inauguración, el Ing. Augusto Baertl Montori, quien presidió la XXII Convención, honró a los profesionales, trabajadores y empresarios que fueron víctimas de la ola terrorista que afectó al país durante más de una década, así como a aquellos que continuaron con sus labores a pesar de la violencia y de la crisis económica, muchas veces en condiciones precarias. “Gracias a ellos, el Perú continuó contando con los beneficios que la minería genera”.

Por su parte, el entonces primer vicepresidente de la República, Ricardo Márquez Flores, anunció que el Poder Ejecutivo había enviado al Congreso un proyecto para modificar el artículo siete de la Ley de Tierras, que afectaba al sector minero y que estaba en contra de lo propuesto en la Ley de Minería de aquel entonces.

En 1997, el Ing. Luis Hochschild Plaut, en su calidad de presidente de la XXIII Convención de Ingenieros de Minas del Perú, expresó que, para profundizar el flujo de inversiones, era necesario aplicar reformas tributarias conducentes a eliminar los impuestos antitécnicos, reducir y prescindir de los sobrecostos y ampliar la infraestructura. “Esto debido a que la competitividad de las condiciones locales atraerá mayor número de inversiones en una industria como la minera, que es netamente competitiva a nivel internacional”.

En la XXIV Convención, tras la infausta desaparición de este ilustre empresario minero en mayo 1998, el Ing. Charles Preble Brouillette, presidente del encuentro, acompañado por Eduardo Hochschild, develaron una placa en homenaje a la memoria de don Luis Hochschild, quien diera origen a una de las más grandes corporaciones mineras del país y fuera el visionario creador de TECSUP.

Dos años después, en 2001, el Ing. Mario Brescia Cafferata, presidente de la XXV Convención de Ingenieros de Minas del Perú, destacó que la responsabilidad del empresario minero es cumplir con rigurosidad las disposiciones legales, mantener costos operativos a escala competitiva mundial, controlar el impacto ambiental y social de las operaciones, y trabajar intensamente para imponer en el mundo la calidad de sus productos.

“Es deseable que la comunidad, en especial los líderes locales y las organizaciones no gubernamentales, se informen correctamente antes de emitir juicios o exigencias respecto del rol de la minería en el desarrollo de nuestra sociedad”, advertía visionariamente. 

Dos años después, en la edición XXVI, el Ing. Raúl Benavides Ganoza, quien presidió la Convención, sostenía que la minería es generadora de nuevas formas de desarrollo sostenible y es una actividad que no solo impacta en el medio ambiente cuando extrae rocas de las montañas, sino también cuando construye carreteras o realiza tendidos eléctricos para energía e infraestructura.

En la clausura, el entonces primer mandatario, Alejandro Toledo Manrique, destacó el avance del sector minero en darle mayor valor agregado a la producción, como el caso de la transformación del oro en joyería en la región Cajamarca. “Por ello renovamos la voluntad política de seguir impulsando este sector, garantizando reglas de juego claras y políticas orientadas al mediano y largo plazo, contrarias a las tendencias efectistas y populistas”, aseveró.

En el 2005, presidió la Convención el Ing. Ricardo Briceño, bajo el lema: “Forjando valores: Compromiso de un país minero” y en el 2007, el encuentro fue nuevamente un éxito en cuanto a organización, número de exhibidores, inscripciones y asistentes: 710 stands, más de 5,700 participantes y 22,600 visitantes.

PERUMIN
En el 2009, Arequipa fue sede por octava vez consecutiva del encuentro minero más importante de la región. Fue presidido por el Econ. Félix Navarro-Grau Hurtado, congregó a más de 30 mil visitantes de 41 países e incrementó en 57% los espacios de exhibición, presentándose por primera vez maquinaria pesada en operación.

Además, en esta edición se dio un cambio en la imagen de la reunión pionera de la minería en el país, que adoptó el nombre de PERUMIN–Convención Minera, como es conocida en la actualidad a nivel mundial.

De esta forma, la pionera Convención de Ingenieros de Minas del Perú, iniciada en 1954, se ha consolidado como el principal encuentro minero de Latinoamérica y uno de los más importantes del mundo. En la actualidad, constituye una excelente oportunidad para que los profesionales mineros, técnicos, ejecutivos e inversionistas conozcan lo último del desarrollo tecnológico aplicado a la minería y a las oportunidades que ofrece la industria minera peruana.

Premio Minería
Por acuerdo del Consejo Directivo del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), en sesión realizada el 16 de junio de 1976, se instituyó el “Premio Minería” con el propósito de reconocer al mejor trabajo presentado en cada Convención Minera y que por su alto nivel represente una importante contribución al desarrollo de la minería.

Para este fin, se estableció una vocalía permanente encargada de garantizar la continuidad de este galardón, el archivo de los trabajos premiados, su historia y demás aspectos relacionados con el “Premio Minería”.

En la XIII Convención de Ingenieros de Minas del Perú, realizada en Arequipa en setiembre de 1976, se entregó por primera vez esta condecoración a los ingenieros Pedro Hugo Tumialán de la Cruz, Alfonso Dávila y Alfredo La Madrid por su trabajo: “Asociación mineralógica de los yacimientos de la cordillera de Huayhuash y la génesis de estos yacimientos”.

En el 2009, obtuvieron el Premio Nacional de Minería los ingenieros Óscar Silva Campos y Atilio Mendoza Apolaya de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) con el tema: “Aplicación de la geoquímica ambiental al estudio de la eliminación del selenio de efluentes de mina”.

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