miércoles, 14 de septiembre de 2011

El compromiso es poner a la minería al servicio del país

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Primer día de Perumin destacó por coincidencias entre Estado y empresa
Por: Augusto Townsend Klinge
Miércoles 14 de Setiembre del 2011
“Un futuro sin enconos, lleno de esperanzas y realizaciones”, propuso el presidente regional de Arequipa, Juan Manuel Guillén, al dar por iniciada la Trigésima Convención Minera – Perumin. Si algo se percibió en la mañana inaugural del principal evento minero del país –y quizá de Latinoamérica– fue precisamente eso: reconocer, de un lado, que el Perú es un país minero y que debe seguir siéndolo y, de otro, comprometer a las empresas del sector y al Estado para que articulen esfuerzos y compartan una visión de futuro que beneficie a todos los peruanos.
El Perú tiene ante sí el equivalente a un tercio de su PBI (US$50.734 millones, para ser exactos) en inversiones mineras que podrían ejecutarse en los siguientes años y desaprovecharlas como mecanismo para generar desarrollo es impensable. Otros países lo hicieron antes que nosotros –Fred McMahon, del Instituto Fraser, explicó cómo la pobreza en Chile “cayó como un piedra” a consecuencia de ello–, y por eso lo que ahora corresponde, como luego diría Roque Benavides, presidente de Minas Buenaventura y del Comité del Encuentro Empresarial de Perumin, es dar “un mensaje de esperanza y optimismo para las nuevas generaciones”.
Y las cosas parecen ir por buen camino. Pese al nuevo gravamen tributario que pesará sobre el sector y a las dudas que aún genera la ley de consulta previa, el empresariado minero no se mostró combativo sino conciliador con el gobierno que aprobó estas medidas. “Vemos en la ley una oportunidad para generar desarrollo inclusivo”, llegó a decir Benavides.
La viceministra de Minas, Susana Vilca, retrucó con más muestras de confianza. “Respetaremos los contratos de estabilidad jurídica y el libre acceso a las concesiones para peruanos y extranjeros”, dijo, haciendo hincapié en que los objetivos del gobiernos son maximizar los recursos del Estado, no afectar la competitividad y mantener la estabilidad para las inversiones mineras. Destacó que se reforzarán los cuadros técnicos del Ministerio de Energía y Minas para darle mayor rigurosidad pero a la vez agilizar la aprobación de los estudios de impacto ambiental (un viejo clamor del sector) y hasta aseguró que se trabajará para que los textos escolares en el país resalten el impacto positivo de la minería responsable.
También presentó un coctel de cifras sobre las fortalezas del sector. Las exportaciones mineras –cuyo valor se ha multiplicado por siete en los últimos 10 años– batirán récords en el 2011 (hasta US$24.721 millones, más del 60% de los envíos totales del país). La inversión minera pasará de US$4.000 millones en el 2010 a US$5.400 millones este año. Como señala Benavides, el gran reto de la minería peruana es recuperar la producción, que ha venido cayendo en los últimos años. “Se dice que México superará al Perú como principal productor de plata, veremos qué pasa a fines de año”, aseveró Vilca, exhibiendo un saludable ánimo competitivo para el deleite de los presentes.
Como si se invirtieran los papeles, Benavides presentó otras cifras que revelan, más bien, el impacto social de la minería. Por ejemplo, remarcó cuán importantes son los recursos tributarios provenientes del sector para las actividades de los gobiernos regionales y locales. La minería es responsable de financiar hasta el 90% de algunos presupuestos regionales, como el de Áncash.
Más de ocho millones de peruanos se benefician directa o indirectamente de la minería, y ello incluye a todos los aportantes a las AFP. Es el único sector que tiene capacidad de generar trabajo en las zonas altoandinas y el impacto del aporte minero –según refiere– ha sido hasta cinco veces mayor que la inversión pública tradicional. Si ocurre lo mismo con el nuevo gravamen, se habrá dado un gran paso para darle legitimidad social a una industria que, bien encauzada, será vital para sacarnos de la pobreza.
Clave
El presidente regional de Arequipa, Juan Manuel Guillén, destacó que “la minería puede hacer posible la superación de los conflictos, la cohesión social y la integración de esfuerzos”, refiriéndose a dos proyectos de infraestructura cofinanciados.

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