Desembalse. Protestas sociales en 2011 se dispararon en gobierno de García a 217.
Hoy la protesta social se  direcciona a lo socioambiental. Hay miedo de comunidades a sufrir  contaminación o agotamiento del agua por actividad extractiva.
Christiaan Lecarnaqué. Arequipa.
 Después de diez años de dictadura y sin protesta social, el  “arequipazo” fue el primer conflicto social que estalló en democracia.  En junio de 2002, miles de arequipeños se volcaron a las calles para  oponerse a la privatización de la Empresa de Generación Eléctrica.  Autoridades y sociedad civil consiguieron torcer la voluntad del  Ejecutivo que tenía previsto entregar la generadora a la empresa  Tractebel.
 Tras esa movilización social, el ritmo de los conflictos tuvieron  características distintas en los siguientes gobiernos. Según la  Defensoría del Pueblo, en el 2004, la  protesta popular en distintos  puntos del país la alentaba las malas gestiones regionales y  municipales: no solo  cuestionaban su inoperancia, también predominaron  acusaciones por  corrupción.
 En cambio, en la actividad minera, hoy convertida en la madre de la  mitad de conflictos, se respiraba cierta paz social. Solo se reportaban   esporádicos roces. En Piura explotó el rechazo a la minera Majaz, que  pretendía explotar un yacimiento de cobre en la cabecera de cuenca.  Antes Tambogrande expulsó a Manhattan, que buscaba explotar oro en  territorio piurano.
 Se aprecia en el informe de mayo de 2004 que la dirección de las  protestas perseguía un objetivo. El 74% fueron organizadas para  cuestionar a un alcalde provincial, distrital o regidor por la  motivaciones señaladas. Las manifestaciones consistieron en  movilizaciones, toma de locales y finalizaron con procesos de  revocatoria.  El caso más emblemático lo representó el alcalde de Ilave,  Fernando Robles, asesinado por una  turba; lo acusaban de corrupción,  aunque después se demostró su inocencia.
 El 11% de las protestas de mayo de 2004 fue contra el gobierno  regional, 4% Ministerio de Agricultura y el 7% contra otras  actividades.  Al final de ese año, la Defensoría del Pueblo contabilizó  93 conflictos, entre activos y latentes.
 Otro dato interesante que aportó ese documento es que el 58% se gestó en zonas rurales y el 80% en poblaciones con pobreza.
 Hasta 2006, los conflictos sociales tuvieron de blanco las  gestiones  municipales. Amainada la tormenta comenzó a gestarse la  corriente antiminera.
 Avanzan los conflictos mineros en el país
 Aunque el 40% de las 97protestas registradas en el 2006 es  responsabilidad de los gobernantes, el 21% se originó por  enfrentamientos entre las comunidades y empresas que extraían recursos  naturales.
 Ya en el 2007 los conflictos socioambientales empezaron a  masificarse y transformarse en actos violentos. Pasaron al primer lugar  de  las motivaciones de conflictos, cuyo “liderazgo” se mantiene.
 Coincidentemente en ese año se documenta que hubo la mayor  trasferencia de canon minero a nivel nacional, que alcanzó S/. 5 mil 157  millones, según la Sociedad Nacional de Energía, Minería y Petróleo.  Empero, el descontento persiste.
 El saldo mortal de García
 1] La Defensoría del Pueblo contabilizó 191 muertos por conflictos  sociales en el gobierno de Alan García Pérez, de este grupo 153 fueron  civiles y 38 policías. En Arequipa murieron tres pobladores en las  protestas contra el proyecto minero Tía María, impulsado por Southern  Perú para extraer cobre en la provincia de Islay, mientras que en Chala  fallecieron cinco manifestantes en protestas de los mineros informales  que se oponían al plan de formalización implementado por el gobierno  aprista. El conflicto más trágico ocurrió en Bagua, donde murieron 34  pobladores, de los cuales 23 fueron policías.
 2]El gobierno de Ollanta Humala Tasso enfrentó las protestas  organizadas en Tacna contra la actividad minera y en estos días contra  el proyecto Conga en Cajamarca. Solo hubo heridos hasta el momento.
 Datos
 Problemática. La Oficina Defensorial de Arequipa reporta que hay  seis conflictos sociales en la región por el proyecto Majes II,  problemas territoriales en la frontera con Cusco, instalación de plantas  harineras, problemas de demarcación entre Tiabaya y Uchumayo, entre  otros.
 Conflictos. A octubre del 2011 hay 217 conflictos sociales, entre  activos y latentes. El 57.1% es socioambiental, que el gobierno nacional  tiene que resolver.
 
 
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