Mineros sostienen que control de la fundición para ”trader” de minerales sería como poner al gato de despensero.
Consorcio Minero S.A. (Cormin), comercializador (trader) de minerales en el Perú, y subsidiaria de la holandesa Trafigura, tiene interés en controlar el Complejo Metalúrgico de La Oroya desde hace tiempo. Pruebas al canto.
Gonzalo Andrade, gerente comercial de Cormin-Trafigura, elevó una propuesta para el suministro de concentrados, capital de trabajo, y reestructuración de deuda pendiente para el reinicio de operaciones de la fundición, aunque en condiciones nada favorables para Doe Run Perú y que afectaría además al resto de empresas mineras.
Cormin proponía ser el único y exclusivo proveedor de concentrados de minerales a La Oroya, y el titular permanente de los inventarios de concentrados, inventarios de productos en proceso y metales resultantes.
De esta manera, por las características únicas del Complejo de La Oroya, se constituiría en prácticamente un monopolio que podría determinar precios y el pago de un “peaje” a otras empresas mineras usuarias de la fundición.
En otras palabras, ellos podrían determinar el precio del servicio tanto de recepción como de refinado, y ser ellos mismos los que fijan el precio final. En opinión de un viejo directivo minero, ello sería igual que “poner al gato de despensero”.
Adicionalmente, incluyó una propuesta financiera para reestructurar la deuda pendiente a los proveedores mediante el cual, Doe Run Perú se obligaba a hacer un primer pago de US$ 7.5 millones tras un período de gracia de 5 meses.
Según fuentes de Doe Run Perú, se acordó no suscribir ningún acuerdo con Cormin-Trafigura, y proceder a buscar una alianza estratégica con otras empresas de talla mundial, logrando finalmente establecer un convenio con la gigante Suiza Glencore, el mayor trader mundial de minerales.
Ante este panorama, los directivos de Cormin-Trafigura optaron por el camino de atacar y desacreditar a Doe Run Perú, y sin importarles los costos que acarrearían para otras empresas mineras el no uso de la fundición, solicitaron ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) el inicio de un Procedimiento Concursal Ordinario por Acreedor, presentado el 18 de febrero del 2010, lo que en la práctica constituyó el “divorcio” entre ambas empresas.
Consorcio Minero S.A. (Cormin), comercializador (trader) de minerales en el Perú, y subsidiaria de la holandesa Trafigura, tiene interés en controlar el Complejo Metalúrgico de La Oroya desde hace tiempo. Pruebas al canto.
Gonzalo Andrade, gerente comercial de Cormin-Trafigura, elevó una propuesta para el suministro de concentrados, capital de trabajo, y reestructuración de deuda pendiente para el reinicio de operaciones de la fundición, aunque en condiciones nada favorables para Doe Run Perú y que afectaría además al resto de empresas mineras.
Cormin proponía ser el único y exclusivo proveedor de concentrados de minerales a La Oroya, y el titular permanente de los inventarios de concentrados, inventarios de productos en proceso y metales resultantes.
De esta manera, por las características únicas del Complejo de La Oroya, se constituiría en prácticamente un monopolio que podría determinar precios y el pago de un “peaje” a otras empresas mineras usuarias de la fundición.
En otras palabras, ellos podrían determinar el precio del servicio tanto de recepción como de refinado, y ser ellos mismos los que fijan el precio final. En opinión de un viejo directivo minero, ello sería igual que “poner al gato de despensero”.
Adicionalmente, incluyó una propuesta financiera para reestructurar la deuda pendiente a los proveedores mediante el cual, Doe Run Perú se obligaba a hacer un primer pago de US$ 7.5 millones tras un período de gracia de 5 meses.
Según fuentes de Doe Run Perú, se acordó no suscribir ningún acuerdo con Cormin-Trafigura, y proceder a buscar una alianza estratégica con otras empresas de talla mundial, logrando finalmente establecer un convenio con la gigante Suiza Glencore, el mayor trader mundial de minerales.
Ante este panorama, los directivos de Cormin-Trafigura optaron por el camino de atacar y desacreditar a Doe Run Perú, y sin importarles los costos que acarrearían para otras empresas mineras el no uso de la fundición, solicitaron ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) el inicio de un Procedimiento Concursal Ordinario por Acreedor, presentado el 18 de febrero del 2010, lo que en la práctica constituyó el “divorcio” entre ambas empresas.
El financiamiento de Glencore
La carta de intención suscrita entre Doe Run Perú y Glencore para el reinicio de operaciones en La Oroya, la suiza se compromete a otorgar a la peruana una línea de crédito para capital de trabajo y como parte del financiamiento para la finalización del último tramo del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) acordado con el gobierno peruano.
La carta de intención suscrita entre Doe Run Perú y Glencore para el reinicio de operaciones en La Oroya, la suiza se compromete a otorgar a la peruana una línea de crédito para capital de trabajo y como parte del financiamiento para la finalización del último tramo del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) acordado con el gobierno peruano.
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