Agua y oro

El presidente fue menos huidizo y bastante más claro cuando tuvo que hablar sobre la actividad minera y las protestas en Cajamarca, Áncash y Apurímac. “El gobierno no aceptará ultimátum de nadie”, sentenció. Y aunque ratificó su disposición al diálogo, aseguró que “el proyecto Conga [en Cajamarca] es importante” porque va a generar los recursos para “la gran transformación”.

En otro momento pareció olvidar que, durante la campaña electoral, ensalzaba un estribillo antiminero planteado como disyuntiva: “¿Agua u oro?”:

Ayer dijo que no se debía adoptar posiciones extremas y aseguró que la suya es más sensata: Agua y oro. “No somos antimineros, pero queremos que la minería sirva a toda la población [...] Jamás hemos dicho que vamos a botar a la minería. Pero no puede servir solo a unos pocos y volverlos multimillonarios”.

Anunció que el Poder Ejecutivo enviará al Congreso un proyecto de ley para mejorar la distribución del canon minero, pues hay gobiernos regionales (mencionó el caso de Cajamarca) que han ejecutado apenas el 25% de los recursos recibidos. Asimismo, dijo que se crearán una autoridad adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros para supervisar los estudios de impacto ambiental, y un fondo de garantía de largo plazo contra eventuales deterioros que será financiado por las mineras. Este anuncio requiere una normatividad previa.